Los documentos secretos.
Los documentos están firmados mediante pseudónimos relacionados con este tema y conducen a los tres autores a una enrevesada investigación, de dimensiones insospechadas y aparentemente amedrantadoras. De este denso cúmulo de informaciones emergen algunos puntos claves que el Priorato pretende presentar como hechos históricos y cuyo posible fundamento es estudiado por los tres autores, quienes aseguran haber sido los primeros en asombrarse ante la amplitud insospechada de su investigación y por las insólitas perspectivas a la que ésta les conduce.
Partiendo de los descubrimientos realizados por el cura Sauniére y siguiendo una multitud de pistas sembradas por esta organización, los tres investigadores reconstruyen una versión paralela de la historia del Cristianismo en Europa. Según esta: Jesucristo habría sido un heredero de la casa real de David, que como tal podría convertirse en mesías-rey de Israel, siendo considerado un rebelde por los romanos.
Su presunta esposa, María Magdalena, habría abandonado Jerusalén para refugiarse en el sur de Francia, donde existía desde hacía mucho una prominente comunidad judía, tal y como relatan las leyendas de la zona y antiguas tradiciones cristianas, sólo que lo hizo con sus supuestos hijos.
Los descendientes de éstos habrían perpetuado su sangre mediante enlaces con diferentes familias nobles europeas. Posteriormente, serían conocidos como la estirpe del Santo Grial, cuyo nombre francés Sant-Graal derivaría de la antigua expresión sang-réal (sangre real).
En el siglo V, uno de ellos se unió a la casa real de los francos, dando origen a la dinastía merovingia. En el año 496 ésta selló un pacto con la Iglesia de Roma, amenazada por la fuerza con la cual se extendía la fe arriana, que no veía aiesúscomo el hijo único de Dios. El Papa se comprometía a permanecer fiel a éstos, cuyo origen posiblemente conocía, y ofreció al rey arriano Clodoveo los títulos de Santo Emperador Romano y de Nuevo Constantino, al tiempo que éste se convertía formalmente al catolicismo. Dicho pacto trascendental supuso el nacimiento de un nuevo imperio romano, fundamentado en la Iglesia Católica y administrado por los merovingios, estableciéndose así un vínculo indisoluble entre iglesia y estado.
Pero el último monarca de esta estirpe, Dagoberto II, fue asesinado por su mayordomo real, que inició la dinastía carolingia. Con su velada complicidad en este magnicidio, el Papado traicionó su pacto con los merovingios, haciendo todo lo posible por suprimir esta línea real indeseable, cuyo secreto comprometería peligrosamente su poder.
Pese a ello, su sangre sobrevivió gracias a que los carolingios se casaron con princesas merovingias para legitimar su poder. Pero sobre todo a través de Sigisberto, un hijo del rey asesinado que habría logrado sobrevivir, contando entre sus sucesores al héroe Guillem de Gellone, gobernador del principado de Septimania (donde estaba Rennes), y al cruzado Godofredo de Bouillón. Su sangre también se perpetuaría en algunas viejas familias que habrían mantenido vivo el secreto recuerdo de sus orígenes. Mediante matrimonios con casas reales, estarían en el origen de dinastías como los Habsburgo-Lo-rena o los escoceses Estuardo, que reinaron en Inglaterra.
El Priorato de Sión se presenta como una poderosa sociedad secreta que ha conspirado a través de los siglos para restituirles su derecho al trono de Francia. Y lo habrían hecho contando con la colaboración de templarios, cátaros, masones y rosacruces, entre otros muchos.
Partiendo de los descubrimientos realizados por el cura Sauniére y siguiendo una multitud de pistas sembradas por esta organización, los tres investigadores reconstruyen una versión paralela de la historia del Cristianismo en Europa. Según esta: Jesucristo habría sido un heredero de la casa real de David, que como tal podría convertirse en mesías-rey de Israel, siendo considerado un rebelde por los romanos.
Su presunta esposa, María Magdalena, habría abandonado Jerusalén para refugiarse en el sur de Francia, donde existía desde hacía mucho una prominente comunidad judía, tal y como relatan las leyendas de la zona y antiguas tradiciones cristianas, sólo que lo hizo con sus supuestos hijos.
Los descendientes de éstos habrían perpetuado su sangre mediante enlaces con diferentes familias nobles europeas. Posteriormente, serían conocidos como la estirpe del Santo Grial, cuyo nombre francés Sant-Graal derivaría de la antigua expresión sang-réal (sangre real).
En el siglo V, uno de ellos se unió a la casa real de los francos, dando origen a la dinastía merovingia. En el año 496 ésta selló un pacto con la Iglesia de Roma, amenazada por la fuerza con la cual se extendía la fe arriana, que no veía aiesúscomo el hijo único de Dios. El Papa se comprometía a permanecer fiel a éstos, cuyo origen posiblemente conocía, y ofreció al rey arriano Clodoveo los títulos de Santo Emperador Romano y de Nuevo Constantino, al tiempo que éste se convertía formalmente al catolicismo. Dicho pacto trascendental supuso el nacimiento de un nuevo imperio romano, fundamentado en la Iglesia Católica y administrado por los merovingios, estableciéndose así un vínculo indisoluble entre iglesia y estado.
Pero el último monarca de esta estirpe, Dagoberto II, fue asesinado por su mayordomo real, que inició la dinastía carolingia. Con su velada complicidad en este magnicidio, el Papado traicionó su pacto con los merovingios, haciendo todo lo posible por suprimir esta línea real indeseable, cuyo secreto comprometería peligrosamente su poder.
Pese a ello, su sangre sobrevivió gracias a que los carolingios se casaron con princesas merovingias para legitimar su poder. Pero sobre todo a través de Sigisberto, un hijo del rey asesinado que habría logrado sobrevivir, contando entre sus sucesores al héroe Guillem de Gellone, gobernador del principado de Septimania (donde estaba Rennes), y al cruzado Godofredo de Bouillón. Su sangre también se perpetuaría en algunas viejas familias que habrían mantenido vivo el secreto recuerdo de sus orígenes. Mediante matrimonios con casas reales, estarían en el origen de dinastías como los Habsburgo-Lo-rena o los escoceses Estuardo, que reinaron en Inglaterra.
El Priorato de Sión se presenta como una poderosa sociedad secreta que ha conspirado a través de los siglos para restituirles su derecho al trono de Francia. Y lo habrían hecho contando con la colaboración de templarios, cátaros, masones y rosacruces, entre otros muchos.
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