Saturday, June 04, 2005

Otro testimonio de primera mano.

Los tribunales han dictaminado más de una vez que los Protocolos son una falsedad y un plagio. Por ejemplo, en mayo de 1935, un juez suizo en Berna, juzgando una persona acusada de distribuir literatura sediciosa, declaró: "Considero que los Protocolos son una falsificación, un plagio y una tontería". Sin embargo, la propaganda Nazi hizo enérgico uso de los Protocolos para justificar sus políticas racistas y su reimpresión y distribución es una de las principales ocupaciones de los círculos antisemitas en todo el mundo, hasta hoy.
Declarando en este juicio, el Conde A.M. du Chayla proporcionó importantes informaciones sobre Sergei Nilus, a quien conocía de cerca. Durante la primera Guerra Mundial, el Conde du Chayla comandó un escuadrón de cosacos del Don, y fue condecorado por heroísmo. En 1909, pasó nueve meses en el monasterio de Optina Poustina, donde fue vecino de Nilus, con quien trabó una estrecha amistad. Nilus le habló con frecuencia de los Protocolos y le mostró el documento original y los comentarios que estaba preparando.
"Nilus le presentó a du Chayla una cierta Mme. K, quien había sido su amante en París, y después que Nilus se casó vino a vivir con él y su mujer. La señora Nilus era una mujer débil de carácter y no puso objecciones a este arreglo. Nilus le contó a du Chayla que, mientras estaban en París, la señora K había conocido un cierto General Ratchkovsky, quien le había entregado el manuscrito de los Protocolos, que según él los había sustraído de los archivos secretos de los Francmasones".
El General Ratchkovsky era uno de los agentes de la Okrana, la tristemente famosa policía secreta rusa zarista.
Después que se reveló el plagio, algunos antisemitas inventaron una "explicación" para la identidad entre los textos. Según ellos, Joly era en realidad un judío bautizado cuyo verdadero nombre era Moses Joel y que, naturalmente, era comunista y había sido fusilado en 1871. Que Joel tenía que haber estado en conocimiento de plan judeo-masónico de conquista mundial, ¡y que por lo tanto era natural que su libro y los Protocolos coincidieran!
La verdad histórica, según se ha podido averiguar, es que Maurice Joly era un monarquista y antisemita, descendiente de una vieja familia francesa católica, muchos de cuyos miembros sirvieron como funcionarios públicos.

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