Thursday, May 19, 2005

La gestación de los Protocolos.

El libro de Nilus no fue el primero en proclamar la existencia de una conspiración judía para la dominación mundial. Lo precedieron varios autores, especialmente un alemán llamado Hermann Goedsche, que en 1868 escribió una novela bajo el seudónimo "Sir John Retcliffe", con el título Biarritz. Uno de los capítulos de esta obra de ficción relata una escena macabra en el cementerio judío de Praga, donde una vez cada cien años se reúnen representantes de las 12 tribus de Israel con el demonio en persona. (Goedsche parece ignorar que 10 de las 12 tribus se "perdieron" en las brumas de la historia hace más de dos mil quinientos años atrás). Los representantes del pueblo judío le informan a Satanás del progreso de sus planes y solicitan la ayuda infernal para la prosecución de sus criminales proyectos.
Esta fantasía antisemita fue prontamente reproducida como un folleto, no ya como ficción, sino como un documento cuya autenticidad estaba garantizada por el "famoso noble inglés, Lord Retcliffe". Este, como acabamos de ver, no era sino el seudónimo del escritor alemán Goedsche. La primera traducción fue hecha en San Petersburgo en 1872, publicada bajo el título En el Cementerio Judío de la Praga Checa (los Judíos Soberanos del Mundo). En 1876 nueva publicación en Moscú. En 1880 una segunda edición y nuevas impresiones en Odessa y Praga.
En Francia, el escritor Gougenot des Mousseaux también hizo uso de este tema en su libro Le Juif, le judaïsme et la judaïsation des peuples chrétiens (París, 1869), donde acusa a los judíos "Cabalistas" de estar tratando de apoderarse del mundo.
Su continuador, el Abate Chabauty, cura de San Andrés en Mirebeau, en Poitou, publicó en 1881 un volumen de 600 páginas titulado Les Francs-Maçons et les Juifs: Sixième Age de l'Eglise d'après l'Apocalypse, en que sostenía que Satanás, mediante la conspiración Judeo-Masónica, estaba preparando el camino para el Anticristo judío y la dominación del mundo por los judíos.
Aproximadamente en la misma época, en la década de 1880, en Italia, el Papa Leo XIII estaba empeñado en una feroz lucha contra la Francmasonería italiana. Aunque él mismo no descendió a hacer propaganda antisemita, le permitió a otros hacerla. Los padres Jesuitas asociados con la publicación La Civiltá Cattolica, especialmente, consideraban perfectamente legítimo desacreditar la Francmasonería presentándola como parte de una conspiración mundial judía. Dos de estos Reverendos Padres, R. Ballerini y F.S. Rondina, condujeron una campaña que duró hasta entrados los años 1890.
Finalmente, debemos mencionar que la primera aparición de un texto muy similar a los Protocolos, pero un tanto abreviado, apareció en la revista Znamya (La Bandera) de San Petersburgo entre el 26 de agosto y el 7 de septiembre de 1903 (es decir, precediendo por dos años la publicación de Nilus).
Znamya era publicada por un notorio antisemita, P.A. Krushevan, uno de cuyos asociados era G.V. Butmi, de quien escucharemos más adelante.
Krushevan sostuvo que el texto que publicó era traducción de un documento escrito originalmente en Francia, y que el traductor lo había titulado Actas de la Reunión de los Masones Mundiales Universales y los Ancianos de Sión.

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